domingo, 10 de noviembre de 2013

León Volador

Al inicio de la clase comenzamos con una actividad que consistió en lanzar un peluche por el aire, este tenía que pasar por cada uno de los integrantes del circulo que formamos, el reto era pasarlo por todas las manos en el menor tiempo posible, un reto que comenzamos con aproximadamente 43 segundos. Este tiempo se fue reduciendo cada vez más hasta llegar a 11 segundos, las estrategias que adoptamos fueron cambiando, evolucionando cada vez que lo intentamos, si resultaron, todas, pues eventualmente fuimos restando tiempo. Lo interesante fue cuando Luis Gerardo nos comento que el tiempo récord era de 2 segundos, en ese instante la estrategia cambio radicalmente, hasta que ideamos un sistema en el que estuviéramos lo más cerca posible unos de otros y así poder velozmente pasar el peluche por todas nuestras manos, al final hicimos poco más de un segundo; todos terminamos contentos y satisfechos de haber podido superar el reto.

Lo aprendido en esa actividad fue nuestra manera de encontrar la solución al reto, al principio, como en todo, no sabíamos de que trataba exactamente la actividad, solo fuimos pasando el peluche sin importarnos el orden o la velocidad, pero cuando escuchábamos las palabras clave de: creen que puedan reducir el tiempo?, nosotros decíamos sí, y poco a poco fuimos acercándonos a lo menor posible. Nuestra manera de plantear la solución dependió directamente de las instrucciones que se nos dieron y de lo que entendimos, pues cuando nos dijeron que el menor tiempo posible era de 2 segundos bajamos radicalmente de 11 a un segundo, fue algo asombroso, pues cuando creímos que ya no podíamos reducir más, lo logramos, pero creo que si no hubiésemos sabido el menor tiempo hecho hasta ahora nos hubiésemos quedado en esos 11 segundos.

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